La oscura muerte de Adrian Leyva
Publicado 5 ene. 2024 El tiempo de lectura 4 minutosDurante las mas de seis décadas de sistema comunista en Cuba, la sociedad cubana se ha diezmado paulatinamente. La huida masiva ha costado muchas vidas, ahogadas en el mar, que nunca se han podido documentar.
Sin embargo, también por querer regresar a la patria se ha tenido que pagar un alto costo, aunque esas similitudes jamás podrian ser comparadas.
Tal fue el caso, del opositor cubano Adrián Leyva Pérez, quien perdió su vida, en circunstancias aún no esclarecidas, tras el intento de regresar a su patria en una embarcación procedente de las costas de Florida.
Había emigrado a Estados Unidos con visa de refugiado político, otorgada debido a la persecución a que estaba expuesto por su activismo en el Proyecto Varela desarrollado por el Moviemiento Cristiano Liberación, del cual dormaba parte, a finales del siglo pasado.
También se dió a conocer como periodista independiente, denunciando en sus artículos las violaciones a los derechos humanos y la libertad de expresion en Cuba.
Su viaje hacia la diáspora cubana ocurrio en el 2005, continuando con su lucha contestaria en pos de una patria para todos los cubanos, como reflejaría en algunos de sus escritos desde el éxilio.
Adrián regresa a Cuba en el 2008 para ver a su madre, una anciana de 80 años y a su única hija.
Quiere quedarse en Cuba, pero las autoridades le niegan ese derecho, y después de tres meses es obligado a tomar un avión ahora hacia un destierro inducido.
Pero este periodista quiere regresar a su patria. Según amigos, a quien les manifestó su deseo de regresar y tomar ese derecho por cualquier vía. No faltaron los consejos para desanimarlo de ese proyecto, cosa que nunca aceptó.
Como para probar suerte, en el 2009 compra un boleto de avión para viajar a La Habana, pero nuevamente las autoridades de la Isla le niegan la entrada a su país.
Comienza a preparar un viaje , “clandestino” de retorno, quizas estaba confiando en sus buenos dotes de nadador y en su gran deseo de volver a caminar por las calles de su barrio de Palatino, donde nació, en la cuidad de La Habana,y sale hacia su meta el 22 de marzo del 2010.
En aquellos momentos, estaba también dando su batalla por sus ideales el preso político Orlando Zapata Tamayo, que murió en prision , el 23 de febrero tras una huelga de hambre de 86 días. Reclamaba también los mismos derechos para los nacionales de la Isla.
El cuerpo de Adrian fue entregado por las autoridades cubanas a sus familiares el 5 de abril; o sea, 16 dias después que sus amigos lo despidieran en Miami.
Por aquellos días, todos buscaban a Adrián, lo mismo en Cuba que en Miami. Por esto Eva Leyva Pérez, su hermana, se personó ese cinco de abril, en busca de información, en Villa Maristas, cuartel general de la Seguridad del Estado.
Después de muchas horas, le comunicaron que su hermano no se encontraba allí, que estaba en Medicina Legal, que necesitaban los acompañara para identificar el cádaver.
“Los agentes dijeron que mi hermano había llegado a las costas de Cuba, en una lancha rápida, por la zona de Jaruco, junto a tres hombres más que se encuentraban detenidos. Que la embarcación los dejó a una milla de la orilla, que lo rescataron vivo en el agua, pero no pudieron salvarlo porque estaba en muy mal estado y murió ahogado”.
Durante su naración, ella agregó que, según le comentaron los agentes, no habían informado antes a los familiares, porque tardaron en establecer su identidad.
Y agregó: “Uno de los agentes indicó, que los restos mortales de mi hermano serían llelvados para la funeraria (de Santa Catalina, barriada de La Vibora) a las ocho de la mañana del martes 6 y que solo podrían ser velados hasta las cuatro de la tarde.”
Por un presunto error el cuerpo llegó, varios de sus compañeros estabamos en el lugar, a las once. Cuatro horas después partió el cortejo fúnebre a toda velocidad hacia el cementerio.
El sobrino de Adrián, Denis Leiva, quien pudo ver el cuerpo, aseguró, que su tío tenía hematomas en el pecho, debajo de la región glutea y en ambos costados en la zona de las costillas.
A la madre de Adrián, en esos momentos una anciana de más de 80 años, se le escuchó decir durante el corto velatorio: “(…) a mi hijo me lo mataron porque queria regresar”.
En el ataud custodiado por militares vestidos de completo uniforme y agentes de la Seguridad del Estado, que miraban en tono amenazante a familiares, activistas y amigos que quisieron ofrecerle un último tributo, se apreciaba el rostro de Adrián facilmente identificable.
Trece años después, el caso de Adrián Leiva, continua formando parte de las muertes que pertenecen a la larga noche que sufre la isla Cuba.